1 – Insertar el extremo de la línea por el termocontraíble hasta pasarlo por completo y volver a meter la punta de la línea por el termocontraíble formando un loop. Es suficiente soldar entre 4 a 5 cm de línea y dejar 1,5 a 2 cm de termocontraíble en excedente hacia los extremos, dichos centímetros no serán calentados.

2- Dar una primer calentada para que ciña el termocontraíble a medida que nos aseguramos de que la línea quede correctamente estirada y acomodada.

3- Comenzamos a calentar desde el extremo cortado en cuña hacia el loop. El termocontraíble transparente nos permitirá ver como cambia ligeramente de color la línea a medida que se funde y fusionan entre sí, desapareciendo el espacio que las separaba. En este paso es importante no excederse con el tiempo de aplicación del calor ya que puede dañar el alma de la línea. Continuar avanzando con el calor hacia el extremo del loop, siempre girando la línea entre nuestros dedos para que el calor se reparta de manera homogénea. Tener precaución de no calentar la línea que no se encuentra cubierta por el termocontraíble.

4- Una vez finalizado el paso anterior, aprovechando aun la temperatura residual en la línea, la apoyamos en la mesa y la amasamos con nuestros dedos aplicándole una leve presión para asegurarnos su unión y darle una geometría tubular.

5- Finalmente abrimos el termocontraíble en un extremo (aprovechando cuando aún está tibio permite sacarlo mejor) y tiramos del mismo hasta despegarlo todo de la línea.